A mediados del pasado diciembre, el precio de la luz pulverizó todos los récords tras alcanzar los 309,20 euros megavatio hora (MWh). Un dato que, entre otras cosas, suponía un aumento interanual del 443%; o dicho de un modo más sencillo: en la misma fecha de 2020, la tarifa era cinco veces más barata. En cualquier caso, aquel día no fue el único en el que superó todos los registros marcados anteriormente. Y es que el año 2021 ha terminado con el recibo de electricidad más caro de la historia.
Por si fuera poco, las previsiones para 2022 tampoco son nada halagüeñas, ya que aunque los precios pueden acabar moderándose, los expertos no prevén que la situación cambie, al menos durante los primeros meses. Para más inri, aunque se estabilice la factura, el megavatio hora seguirá estando el doble y el triple de caro que hace un año. Esta imparable escalada en la electricidad se explica, sobre todo, por los altos precios del gas en los mercados y los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2), en máximos históricos en 2021. Dos variables que, según los analistas, tampoco parece que vayan a descender este nuevo año.
Ante este panorama, conviene conocer bien cómo ahorrar en la factura de la luz. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) -que es el organismo que en España se encarga de garantizar la existencia de una competencia efectiva y de regular de forma eficiente todos los mercados y sectores productivos para el bien de los consumidores- ya enumeró una serie de ‘trucos’ o prácticas que podrían servir para pagar menos por el recibo. Desde adecuar la potencia contratada a las necesidades reales, evitar simultanear consumos -es decir, no encender varios aparatos a la vez-, ajustar la temperatura del frigorífico y la del congelador a -18 grados, regular el termostato de la calefacción o la del aire acondicionado a 25 grados en verano y 20 en invierno, o evitar consumir demasiado en hora punta, que suele ser en la que más caro está el megavatio hora.
Como vemos, muchas de las formas de pagar menos en la factura tienen que ver, obviamente, en la forma de consumir. Es precisamente en esta parte cuando entra el tipo de iluminación que tengamos en casa. Porque sí, esta también puede ser importante para ahorrar en el recibo. Por ejemplo, imagina que tienes unas bombillas que consumen demasiada energía. Esto también tendrá una incidencia directa en nuestro bolsillo.
Pero… ¿Qué tipo de bombillas puedo elegir para que mi consumo de electricidad sea más reducido? En este sentido, las bombillas LED son, junto a las de bajo consumo, las que más nos pueden ayudar en nuestra factura final.
Principales ventajas de las bombillas LED
Vida útil
Una de las grandes ventajas de las bombillas LED, incluso en comparación con las de bajo consumo, es su vida útil que puede llegar a durar entre 25.000 y 50.000 horas. Por ponerlo en perspectiva, las de bajo consumo tienen una duración de entre 5.000 y 10.000 horas; las tradicionales, alrededor de 2.000 horas.
Es decir, si bien es cierto que el precio de las bombillas LED es más caro que el resto (incluidas las de bajo consumo), aunque en los últimos años se ha moderado bastante debido a la estandarización de su uso, a la larga el beneficio y su amortización serán mayores.
Menor consumo
Este es uno de los aspectos principales de las bombillas LED. Sobre todo, porque anteriormente ya comentábamos que el consumo es casi la variable más importante en la factura de la luz. Las bombillas LED consumen un 80% menos de energía, y no solo eso, sino que apenas generan calor. El ahorro energético es, pues, evidente.
Velocidad de encendido
Otro de los puntos que siempre se destaca de las bombillas LED es que su encendido es inmediato. Es decir, mientras que otra bombilla convencional puede tardar más de 20 segundos en encenderse completamente (aunque esto es imperceptible al ojo humano), las luces LED se encienden inmediatamente.
Qué bombillas LED elegir
Además, otras de las posibilidades de las bombillas LED son los diseños tan originales con los que cuentan. En Cablelamp tenemos un amplio catálogo de bombillas LED: desde las luces globo, las bombillas Edison, en forma de corazón, con forma de diamante y ¡hasta con forma de botellín de cerveza!
Cómo reciclar una bombilla LED
Por último, ya os hemos comentado que en Cablelamp nunca dejamos de lado nuestro compromiso con el medio ambiente, con el ahorro energético y contra la contaminación. Por ello, recordaros también que cuando queremos cambiar una bombilla LED porque se ha agotado su uso, debemos reciclarlas correctamente.
Esto es muy importante ya que este tipo de bombillas contienen sustancias químicas que pueden resultar peligrosas para la salud. No vale con dejarlas olvidadas en un cajón en casa y, por supuesto, tampoco es bueno tirarlas al primer contenedor o basura que encontremos. Lo ideal en este caso es buscar un punto limpio o, bien, un centro de reciclaje de desechos electrónicos al que acudiremos para tirar la bombilla LED.